El monitoréo del crecimiento se destaca como una de las estrategias básicas para la supervivencia infantil, no sólo se cuenta el de atender a las necesidades actuales del niño a una
edad determinada, sino el de asistirlo con un criterio preventivo, evolutivo y aun prospectivo, teniendo en cuenta sus características cambiantes, dinámicas, para que llegue a ser un adulto sano.